Pero el barrio sigue siendo una zona atemorizante para muchos. Por tantas modernas que hay en Betty Ford, friquis en Kentucky, y lo alto que ponen la música petarda en El Cangrejo, las mesas están vacías entresemana en La Veronica. Y entonces, ¿a quien se le ocurre construir hoteles allí?

Pues sí. El Barceló Raval acaba de abrir puertas en la Rambla del Raval, en medio de lateros, ancianos y jugadores de críquet pakistaníes y en contraste con el otro gran proyecto hotelero ravalero, el lujoso Bagués, que abrirá al lado del 1898 por La Rambla de siempre.

Y como todos los hoteles de hoy, éste aspira a atraer una clientela local y guapa - asumimos que no cuentan con los carteristas y trileros de los callejones al lado - con un restaurante-coctelería de moda, llamado B Lounge y con vistas panorámicas de 360 grados.